Kati Horna, una de las pocas mujeres que fotografió el frente en la Guerra Civil Española
Profunda, algo melancólica, la mirada de uno de los pacientes que estaba en el hospital psiquiátrico La Castañeda, México, en 1944 llama la atención desde cualquier punto de la sala. El Iluminado es uno de los retratos más famosos que Kati Horna (1912-2000) hizo en su etapa mexicana, la que comenzó con su exilio tras la Guerra Civil española. Forma parte de la muestra que ha organizado la Americas Society en Nueva York y que reúne por primera vez en Estados Unidos los grandes originales de la artista de origen húngaro.
El Iluminado, México, 1944. © 2005 Ana María Norah Horna y Fernández. KATI HORNA
Exponer a Kati Horna significa exponer a una de las pocas mujeres que retrataron el frente, junto a archiconocidos como Robert Capa; es también dar un paseo por la prensa anarquista de la época y sirve, además, para curiosear por la comunidad artística mexicana de tres décadas. Exponer a Horna es, en definitiva, exponer la narrativa de una mujer fuera de lo ordinario en los momentos más convulsos del siglo XX.
Katalin Deutsch Blau (como era su apellido de soltera) nace en Budapest en el seno de una familia judía pudiente, se muda a Berlín en el 30, entra en contacto con el grupo de Bertolt Brecht y empieza a trabajar en el incipiente mundo del fotoperiodismo, hasta que el nazismo le hace huir de Alemania en el 33. A Barcelona llega a los 24 años, pocos meses después del alzamiento militar. Su cámara se detiene tanto en unos milicianos del frente como en las viudas de Málaga o las madres y niños en los pueblos. Publica muchos de sus trabajos en Umbral, una revista anarquista de la que además es editora gráfica.
Dice Christina de León, curadora de la muestra junto a Michel Otayek, que para entender las sutilezas y complejidades de la obra posterior de Horna en México “es crucial tener en cuenta la profundidad de su educación intelectual, la magnitud de su radicalización política como joven artista y la verdadera naturaleza de su participación en la franja anarquista de la Guerra Civil española”.
En el 39, al terminar la guerra, Kati se marchó a México con el artista José Horna. Sus fotografías de esos años se quedaron en España, pero muchos años después le fueron devueltas, según explican los organizadores de la exposición. En su exilio, empezó a publicar instantáneas en cabeceras como Nosotros, Arquitectura México o Mujeres. En aquella época trabó amistad como otras aristas, como Leonora Carrington y Remedios Varo, o el arquitecto Mathias Goeritz.
La exposición también acoge algunas series realizada para una publicación vanguardista llamada S.nob muy impactantes, en forma de relatos gráficos, como Historia de un vampiro, que protagonizó la actriz Beatriz Sheridan, o Una noche en el sanatorio de muñecas, donde al visitante a la muestra le puede sorprender cómo su cámara consigue captar en esos rostros inertes una increíble sensación de soledad. La exposición puede visitarse hasta el 17 de diciembre en la Americas Society.
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